Con el paso de los años, el rostro puede presentar signos de envejecimiento, como surcos, pliegues y flacidez. Factores como la exposición solar y el estrés pueden agravar estos síntomas. El lifting facial es una técnica avanzada que mejora el tono y la firmeza de la piel, los ligamentos y los músculos faciales. A través de incisiones discretas, se eliminan las zonas de piel sobrante y se reposicionan los tejidos para lograr un aspecto natural y rejuvenecido.
El tratamiento se realiza bajo anestesia general o local, con sedación, dependiendo de la intervención. Tras el alta, la recuperación es cómoda y los resultados son visibles a los pocos meses.