rosácea

¿Qué es la rosácea?

Aunque a la rosácea también se le suele llamar «acné del adulto», NO es lo mismo que el acné. 

Afecta al 10% de la población, y si bien no es un problema para la salud física, tiene muchas veces importantes repercusiones emocionales. Afecta predominantemente a gente de piel clara, y aunque las mujeres padecen más esta afección de la piel, es en los hombres en los que se suelen ver los casos más graves. Puede empezar a cualquier edad, pero habitualmente lo hace de los 20 a los 50 años. 

No se sabe con exactitud qué es lo que provoca este trastorno cutáneo. Existe una predisposición genética, por la cual mediante muchas vías moleculares se acaba provocando una inflamación de la piel, habitualmente desencadenada por un gatillo o trigger  

En ocasiones, el estímulo que provoca el brote es identificable y evitable. El problema es que la mayoría de los pacientes se enrojecen con estímulos mínimos o que no pueden eludir, como entrar a un sitio con calefacción o aire acondicionado, al ponerse nerviosos o incluso de forma imprevisible.  

Causas de la rosácea; ¿Qué puede provocar un brote?

Ambientales

  • Calor
  • Sol
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Viento
  • Baños calientes

Emocionales

  • Estrés
  • Emocionales
  • Ejercicio

Alimentos

  • Alcohol
  • Comidas de soja
  • Salsa de soja
  • Comidas y bebidas calientes
  • Chocolate

Sustancias tópicas

  • Cosméticos
  • Ácidos fuertes como el retinol o glicólico
  • Corticoides

¿Qué tipos de rosácea existen?

Como en muchas enfermedades, existen variedades y niveles de gravedad de este trastorno de la piel.

  • Existe gente que simplemente se ruboriza más de lo habitual. Eso se llama flushing.  Muchas veces, el brote provoca escozor, calor, quemazón o tirantez durante los brotes. Y, aunque al principio la piel entre brotes es la misma de antes, es frecuente que, con el tiempo, se vayan desarrollando nuevos vasos o telangiectasias que van dejando una rojez permanente. 
  • Existe una variante llamada pápulo-pustulosa en la que salen bultitos rojos y granos incluso con punta de pus, muy parecidos al acné  
  • En ocasiones concretas (por suerte no demasiado habituales), la inflamación persistente provoca un aumento de tamaño de las glándulas sebáceas, con engrosamiento de la piel, que provoca una enfermedad llamada rinofima 
  • A veces se observa una variante algo más difícil de diagnosticar donde la cara se llena de “bultitos”, se llama rosácea granulomatosa. Esta variante, al igual que otra llamada fulminans, no están integradas en la calificación de rosácea.
¿Sabías que la rosácea también puede afectar al ojo? Se llama rosácea ocular, y se pasa muchas veces por alto. Presenta enrojecimiento, ardor y escozor en los ojos, y a veces orzuelos o chalación.

¿Cómo se puede tratar este trastorno cutáneo?

Existe una amplia variedad de tratamientos para mejorar este trastorno cutáneo o borrar sus consecuencias en nuestra piel.  

  • Por supuesto, hay que observar cuidadosamente nuestros hábitos respecto a la piel. Ciertas cremas o peelings que van bien a otra persona, pueden provocar una “catástrofe” en las pieles que padecen esta afección.  Cuando se eligen correctamente, muchos productos cosméticos ayudan a disminuir la congestión y a mejorar la tolerancia de la piel.  
  • Contamos con cremas medicamentosas específicas, tanto existentes como formuladas, como el metronidazol o la ivermectina.  
  • Existen productos naturales por vía oral que pueden ayudar a muchos pacientes.
  • A veces usamos antibióticos para mitigar un brote intenso, aunque igual que en el acné, suelen tener efectos poco duraderos.
  • En ocasiones, recetamos bajas dosis de isotretinoína que en algunos casos funciona fantástico. Pero cuidado que siempre debe ser recetada por un dermatólogo, nunca tomarse por cuenta propia. 
  • Por último, muchas veces utilizamos distintos tipos de láser o luz led, que nos ayudan a disminuir los brotes, a borrar las rojeces permanentes y a mejorar y remodelar las alteraciones de textura.